El Arte de Barnizar

Muchas veces la visión de los fabricantes de productos químicos se centra en los propios materiales y en el sustrato donde se deben colocar, olvidando a quien hace posible ese extraordinario proceso. Desde Omar Coatings, queremos con este artículo ensalzar la figura del aplicador, figura indispensable para un buen acabado en cualquiera de las superficies en las que trabaje.

El Instituto Nacional de las Cualificaciones en el principado de Asturias, ofrece la siguiente definición:

“El barnizador-lacador es aquel que prepara los productos químicos en función de las técnicas de aplicación, características del acabado y condiciones del soporte, realizando barnizados, lacados y acabados decorativos en carpintería y mueble, empleando procedimientos mecánico-manuales y automatizados, cumpliendo los criterios de calidad establecidos y la reglamentación vigente sobre prevención, seguridad, medio ambiente y salud laboral”.

Una descripción en la que, tras más de 70 años en este sector de los barnices, no podemos estar más conformes. La figura del barnizador-lacador, aún siendo la última del proceso no es la menos importante, sino todo lo contrario. Es una pieza fundamental para que el producto con el que trabaja reciba la última capa, el último toque de distinción que hace que una pieza sea apreciada por su apariencia y acabado. Son pues, las manos de un profesional, las que determinan finalmente la aceptación o no de un material barnizado o lacado.

De forma habitual, la plasticidad de los movimientos en este oficio denotan experiencia y el resultado final no hace más que corroborar la simbiosis que se ha generado entre material y persona. Aunque por nuestra experiencia podemos aseverar que las condiciones de aplicación no son siempre iguales ni idóneas, cierto es que todos los aplicadores con los que a lo largo de nuestra trayectoria hemos tratado, son grandes conocedores de conceptos como presión del aire, densidad del producto, paso de boquilla o granos de lija, entre muchos otros, y en muchos casos, aunque las condiciones no sean realmente extraordinarias, son capaces de mantener un óptimo resultado final.

Tradicionalmente, son los últimos en recibir las creaciones dibujadas por diseñadores, después de haberlas desarrollado y construido por otros compañeros o empresas. Y a pesar de ser los últimos de la cadena, además reciben el control de calidad más severo, puesto que el resultado en su conjunto debe cumplir con las exigentes expectativas de los clientes.

En Omar Coatings, como fabricantes de barnices afortunadamente, mantenemos el contacto continuo con este colectivo que nos permite conocer de primera mano las necesidades y exigencias a las que deben hacer frente para realizar su trabajo. Toda la información y la multitud de matices que nos hacen llegar se trasladada a los diferentes departamentos para que, en la medida de los posible, se busquen soluciones y alternativas para continuar avanzando conjuntamente.

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